11 abril 2018






EL DIA Cultura y Espectáculos

FAURÉ, LA MUERTE DULCE

El Ensamble Vocal de Tenerife se suma al compás de la Orquesta Sinfónica de Tenerife, bajo la batuta de Víctor Pablo Pérez, en un concierto intimista, de recogimiento y espiritualidad. 

S. Lojendio








Es un brillante heredero de El Sistema, programa de educación musical de Venezuela. El director coral Antonio Abreu Lechado (1963), retornado a la Isla, ha conseguido en nueve años "ensamblar" un conjunto, el Ensamble Vocal de Tenerife, del que el maestro Víctor Pablo Pérez destaca su gran rigor y alta calidad, resaltando que en el futuro será un "coro de referencia internacional". También la soprano tinerfeña Raquel Lojendio se deshace en elogios hacia un conjunto que, afirma, "se lo rifarían si estuviera en la Península".
A la vista de las audiciones que desde hoy y hasta el sábado este conjunto compartirá con la Orquesta Sinfónica de Tenerife, bajo la batuta de Víctor Pablo Pérez, junto a un destacado elenco de solistas, con el "Réquiem" de Fauré como pieza central, Abreu subraya la satisfacción que en los ensayos le transmite el maestro: "Es un lujo trabajar con un director de esta magnitud y sentir además su respaldo hacia nuestro trabajo".

Sobre un repertorio tan íntimo, este director señala que "expresará muchas emociones y sentimientos, manifestando también la creatividad de compositores e intérpretes y brindando la posibilidad de vivir un programa de recogimiento y espiritualidad".

En su perfil de Facebook, como una declaración de principios, Antonio Abreu muestra esta reflexión de Maya Angelou: "La gente olvidará lo que dijiste, también olvidará lo que hiciste, pero jamás olvidará cómo los hiciste sentir". 

Y sostiene que en estos nueve años de vida del Ensamble ha sido enriquecedor sentir cómo sus miembros, al finalizar los conciertos, "están embargados de emoción y agradecen lo sentido. Personalmente supone un regalo". 

Como director da gran importancia a "vivir" el proceso previo a un concierto: un engranaje técnico y emocional que basa en dinámicas de grupo, disciplina, juegos, metáforas y recursos didácticos "que invitan a lograr la idea musical", elementos que se transmiten en los conciertos. 

"Me gusta propiciar el pensamiento del coralista con preguntas como técnica de ensayo, hacerlos reflexionar para alcanzar un propósito musical. Mi estilo es emocional; que sientan lo que dicen, que interpreten; básicamente procuro comunicación". 

Los ensayos del Ensamble se han convertido en una escuela técnica y artística, sacudiendo al coro con reflexiones sobre las emociones humanas, recurriendo a lo afectivo y el humor para lograr lo más importante para Abreu: la pasión. 

"No solo el compromiso ha confeccionado el Ensamble, sino la humildad y la actitud positiva de cada componente: ese es el motor". Y habla de calidad humana. "Pienso que un buen coro es aquel que, a través de su voz, toca el alma y el sentimiento de un público. Para mí es una satisfacción trabajar con un excelente equipo con los que he compartido día a día esta aventura".

Para Abreu, la dirección coral es un don que arranca desde la creatividad y el alma. "Una partitura es un papel, pero lo mágico es dar vida a la obra. Un coro debe estar trabajado para subirse a un escenario. Cuando hay pasión, hay alma". Ya lo decía Miguel de Unamuno: "Siente el pensamiento, piensa el sentimiento".

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