EL DIA Cultura y Espectáculos
FAURÉ, LA MUERTE DULCE
El Ensamble Vocal de Tenerife se suma al compás de la Orquesta Sinfónica de Tenerife, bajo la batuta de Víctor Pablo Pérez, en un concierto intimista, de recogimiento y espiritualidad.
S. Lojendio
A la vista de las audiciones que desde hoy
y hasta el sábado este conjunto compartirá con la Orquesta Sinfónica de
Tenerife, bajo la batuta de Víctor Pablo Pérez, junto a un destacado
elenco de solistas, con el "Réquiem" de Fauré como pieza central, Abreu
subraya la satisfacción que en los ensayos le transmite el maestro: "Es
un lujo trabajar con un director de esta magnitud y sentir además su
respaldo hacia nuestro trabajo".
Sobre un repertorio tan íntimo, este
director señala que "expresará muchas emociones y sentimientos,
manifestando también la creatividad de compositores e intérpretes y
brindando la posibilidad de vivir un programa de recogimiento y
espiritualidad".
En su perfil de Facebook, como una
declaración de principios, Antonio Abreu muestra esta reflexión de Maya
Angelou: "La gente olvidará lo que dijiste, también olvidará lo que
hiciste, pero jamás olvidará cómo los hiciste sentir".
Y sostiene que en estos nueve años de vida
del Ensamble ha sido enriquecedor sentir cómo sus miembros, al
finalizar los conciertos, "están embargados de emoción y agradecen lo
sentido. Personalmente supone un regalo".
Como director da gran importancia a
"vivir" el proceso previo a un concierto: un engranaje técnico y
emocional que basa en dinámicas de grupo, disciplina, juegos, metáforas y
recursos didácticos "que invitan a lograr la idea musical", elementos
que se transmiten en los conciertos.
"Me gusta propiciar el pensamiento del
coralista con preguntas como técnica de ensayo, hacerlos reflexionar
para alcanzar un propósito musical. Mi estilo es emocional; que sientan
lo que dicen, que interpreten; básicamente procuro comunicación".
Los ensayos del Ensamble se han convertido
en una escuela técnica y artística, sacudiendo al coro con reflexiones
sobre las emociones humanas, recurriendo a lo afectivo y el humor para
lograr lo más importante para Abreu: la pasión.
"No solo el compromiso ha confeccionado
el Ensamble, sino la humildad y la actitud positiva de cada componente:
ese es el motor". Y habla de calidad humana. "Pienso que un buen coro es
aquel que, a través de su voz, toca el alma y el sentimiento de un
público. Para mí es una satisfacción trabajar con un excelente equipo
con los que he compartido día a día esta aventura".
Para Abreu, la dirección coral es un don
que arranca desde la creatividad y el alma. "Una partitura es un papel,
pero lo mágico es dar vida a la obra. Un coro debe estar trabajado para
subirse a un escenario. Cuando hay pasión, hay alma". Ya lo decía Miguel
de Unamuno: "Siente el pensamiento, piensa el sentimiento".
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